Geopolítica de la
seguridad:
un libro muy necesario para temas incómodos
Miguel
Ángel Barrios, Norberto Emmerich
08/03/2017
Desde
que el hombre dio sus primeros pasos sobre la Tierra, buscó sentirse seguro.
Siendo el más indefenso de los
animales, su sobrevida dependía del abrigo, el calor y la comida que otros le
daban. Había nacido débil y se hacía más humano en el contacto con otros
animales humanos que lo protegían, lo alimentaban y lo vestían.
Las
tribus enfrentaban continuas amenazas de extinción, por catástrofes naturales o
por hambrunas. Pero la amenaza más destructiva provenía del primordial dilema
de seguridad, el ataque de otros que temían ser atacados. Aunque la guerra
anticipatoria es el más avanzado recurso de la posmodernidad, la guerra
preventiva es tan antigua como las estrellas. Todos atacaban previniendo
ataques, escaseaba la comida pero la seguridad ya estaba allí presente. Antes
que la seguridad de las personas, fue la seguridad de la comunidad primitiva.
Afuera todo era incierto, adentro todo pretendía ser seguro.
Varios
siglos después todos nos sentimos inseguros, afuera y sobre todo adentro: los Estados,
las sociedades y los individuos. Ya no es la guerra de todos contra todos, que
tanto preocupó a Hobbes, pero no es aún la convivencia pacífica de todos con
todos. Cuando el orden parece desmoronarse el caos es aún más difícil de
descifrar.